lunes, julio 31, 2006

ADIÓS A LA CORTESÍA

Adiós a la cortesía


Liannis Meriño Aguilera

30 de julio de 2006

Holguín, Cuba – www.PayoLibre.com – En los últimos tiempos el régimen cubano se ha ensañado en impartir enseñanzas con fines políticos marcados, pero ha olvidado transmitir la importancia de siempre llevar presentes hábitos de cortesía y educación formal.

Es evidente al observar la poca preparación que tienen los jóvenes cubanos con respecto a estos temas. No es menos cierto que el estado de desesperación en que se encuentran los residentes en la isla, debido a la crítica situación económica que atraviesan, influye, pero es inadmisible que por este motivo se pierdan valores tan importantes de la personalidad, como la solidaridad, el respeto y el amor al prójimo.

Un aspecto tan importante en la comunicación como el saludo ya es sólo un mito. Es usual escuchar a las personas entablando conversaciones con voces extremadamente altas. En los ómnibus, ya ni los ancianos ni las embarazadas tienen el derecho a sentarse, pues la minoría es la que sede a esa posibilidad.

Soy una joven cubana con 22 años. Me encuentro embarazada, entre las 24 y 25 semanas de gestación. Y he sufrido amargas experiencias por el solo hecho de tener una barriga bien grande. Resido en el municipio Banes, donde la transportación es escasa, y sólo hay una oportunidad de viajar en ómnibus destinados a transportar obreros del turismo, popularmente conocidas como las guaguas amarillas, porque todas llevan ese color.

Es triste ver como los trabajadores de forma despectiva he irónica para a los ancianos y embarazadas de los asientos. A otros les molesta que la población sea transportada junto a ellos, ya que opinan tener mejores olores.

Las colas son batallas que no tienen tiempo de paz. Si Homero reviviera se daría cuenta de que su Odisea se quedó atrás. Precisamente este miércoles decidí tomar helado, y cuando llegué a la heladería La Sombrilla, por el solo hecho de tener una barriga inmensa, alrededor de 20 personas me insultaron fuertemente. Sin hablar aun, sólo escuché: “las embarazadas también tienen que hacer la misma cola y lo ordenó el Partido Comunista”.

Alcé la vista y observé un grupo de personas que ocupaba el centro del local donde venden los tickets, y se extendía hasta la mitad de la cuadra. Permanecí dos horas de pie, sin resultado alguno. Ya desfallecida me dirigí al dependiente que me dijo sin piedad: “no voy a venderle a las embarazadas, hagan la cola”, sólo respondí “gracias” y me marché.

Un inmenso dolor me apretó el pecho: parte era hambre y lo otro era vergüenza. Ver como jóvenes iguales que yo hayan olvidado tan fácilmente las normas de cortesía, y peor aun es… que las autoridades municipales no se interesen por implantar el orden y facilitar los servicios a la población.

¿De quien será la culpa? ¿Es que a caso en las escuelas se utiliza la mayoría del tiempo para impartir enseñanzas comunistas y no queda un instante para practicar la educación formal? ¿Será esta una de las causas elementales de que ya una vez en las calles las personas no practiquen las normas de cortesía? ¡O es que el actual gobierno ayuda a hacer eco la frase “sí al comunismo, abajo la cortesía!





CAMPAÑA CUBANA POR LA LIBERTAD DE LOS PRISIONEROS POLÍTICOS
"Acuérdate de los presos como si tú también lo estuvieras".
Hebreos 13-3