lunes, julio 31, 2006

MOLINA, EL HÉROE QUE MURIÓ LEJOS ...

Molina, el héroe que murió lejos…

Por Luis Cino

Desde Cuba - Opinion

Cubanet / Noticuba Internacional


A inicios de los 60, casi 40 años antes del caso de la Red Avispa, el gobierno cubano orquestó una estrepitosa campaña por la liberación de un cubano preso en los Estados Unidos.

“Libertad para Molina” era la consigna que se repetía insistentemente. No se sabía a ciencia cierta quién era Molina ni cómo había ido a parar a New York. Nadie se preguntaba por qué, si tanto amaba a la revolución, no había regresado a Cuba después de enero de 1959.

Acerca de lo que realmente sucedió con Molina, sólo se sabía la versión oficial. Que Francisco Molina era víctima de una maquinación del imperialismo norteamericano contra la revolución cubana. Como hoy en el caso de los Cinco, no eran necesarias muchas explicaciones. Sólo había que repetir la consigna: Libertad para Molina.

El 22 de septiembre de 1960, una reyerta entre exilados cubanos y simpatizantes de Fidel Castro en el restaurante neoyorquino “El Prado” dejó el saldo de una víctima mortal y dos heridos. La muerta era una niña venezolana de nueve años de edad.

Nunca quedó suficientemente aclarado el trágico incidente. El gobierno cubano culpó del hecho a “gusanos pagados por la CIA”. No especificó cuán partidarios eran “los simpatizantes de la revolución”. Los mal pensados los tildaban de agentes del G2.

Uno de ellos era Francisco Molina del Río. La policía neoyorquina lo acusó de ser el autor de los disparos. Había testigos de los sucesos que afirmaban haberlo visto disparando el arma. Lo identificaban fácilmente. A Molina le
faltaba una mano.

El gobierno cubano afirmó que en el proceso declararon testigos falsos y que existieron arreglos con el fiscal. El abogado defensor, Samuel Neuburger, cuyos sus cuantiosos honorarios nadie sabe quién pagó, no pudo probarlo.

El 29 de junio de 1961, Francisco Molina fue condenado a un mínimo de 20 años de prisión, que amenazaban convertirse en una cadena perpetua.

Inmediatamente, un Comité Pro Libertad para Francisco Molina organizó una ruidosa campaña internacional, pero las gestiones más importantes se movieron por debajo del tapete. Paradójicamente, los años de la Administración Kennedy eran un buen momento para esos trajines.

Molina llevaba más de dos años preso en Estados Unidos, sin apelar la sentencia y con la condena en suspenso, cuando el gobierno cubano inesperadamente otorgó clemencia a 24 ciudadanos norteamericanos que estaban encarcelados en Cuba.

El abogado norteamericano James Donovan, experto en tratos secretos con el régimen cubano desde el caso de los prisioneros de la Brigada 2506, voló a La Habana y gestionó el canje.

Los 24 norteamericanos, acompañados por Donovan, viajaron a Miami en un avión fletado por la Cruz Roja.

Molina regresó a La Habana el 23 de abríl de 1963. Lo recibieron como un héroe. Hizo pocas declaraciones. No porque estuviera muy emocionado, que lo estaba, sino porque no lo dejaron hablar mucho. Luego, no se supo más de él. Se sumergió en un anonimato disciplinado y cederista.

La niña muerta resultaba embarazosa. El rostro y el muñón de Molina no eran demasiado fotogénicos para una revolución que vivía sus años dorados y a la que le sobraban héroes.

Dicen que Molina murió lejos y espantado. No tuvo suerte. Con un poco más de paciencia, hoy hubiera sido un protagonista de tribuna y discurso en la batalla de ideas. Quién sabe. Cuentan que prefirió volver al exilio. Dicen que de lejos, el amor crece, incluso por la revolución.



Fonte: CubaNet
http:www.cubanet.org


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Tomado de
http://www.aguadadepasajeros.bravepages.com/historias/urdaneta.htm



Circuito Sur (Data de Fusilados /Asesinada)


Magdalena Urdaneta
Asesinada en Nueva York


Este es otro triste caso en que debido a la prepotencia de un esbirro comunista, gatillo alegre nacido en Cuba, una niña murió.

Data: Corría el día 22 de Septiembre de 1960, ya el Dictador de Cuba y su delegación haciendo uso de la consabida demagogia, se habían movido del sitio donde se encontraban desde su arribo a Nueva York, para el Hotel Teresa ubicado en el barrio de Harlem. El motivo de la visita del Dictador a NY, era para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas (En ese hotel fue donde se dio el abrazo con el tristemente celebre soviético Nikita Kruszchev, sujeto que puso a Cuba al borde de su desaparición como Isla {Crisis de los Cohetes 1962}).

Desde la llegada del Dictador de Cuba a la ciudad de los rascacielos, los cubanos que ya estaban exiliados constantemente le hacían actos de rechazo, y sus simpatizantes, por supuesto que también le hacían manifestaciones, pero pletóricos de un asqueante servilismo. Francisco Molina del Río, alias El Gancho, residente de NY y agente del gobierno comunista de Cuba, era uno de los más abyectos cipayos en esas manifestaciones a favor del Dictador.

Ese día 22 de Septiembre, alrededor de las 2:30 p.m., el testaferro agente comunista Molina el Gancho, en unión de otros simpatizantes del naciente régimen marxista, se hallaban sentados en una de las mesa del restaurante El Prado; otra de las mesas era ocupada por cubanos exiliados, los cuales intercambiaban impresiones sobre los piquetes en contra del Dictador. La tensión en dicho salón se hacia sentir, los comentarios en voz alta proveniente de uno y otro lado, así lo ratificaban. En un instante los ánimos se alteraron, y con las voces entremezcladas de: "Gusanos, comunistas, contra revolucionarios", se formó la trifulca. Empellones, golpes, patadas, el local se había convertido en un pandemonio; de pronto, Francisco Molina del Río, alias El Gancho, sacó con su mano sana una pistola, y sin más hizo varios disparos, de los cuales uno de ellos desdichadamente impactó mortalmente en la niña venezolana de 9 años de edad, Magdalena Urdaneta.

Al siguiente día, Magdalena falleció en un hospital.

En el juicio contra Francisco Molina del Río, aparte de los cubanos exiliados, varios testigos independientes (no cubanos), testificaron que Francisco Molina era el sujeto que había hecho los disparos.

A Francisco Molina del Río, Alias El gancho, lo condenaron a 20 años, pero cuando tenía cumplido dos años en prisión, fue canjeado por negociaciones hechas entre el gobierno marxista de Cuba, y los EE.UU.

3 Comments:

At 11:01 p. m., Blogger nellsol said...

El Manco Molina luego de volver a Cuba trabajo en el Ministerio de Comunicaciones, siempre vestido de miliciano y con su revolver a la cintura.
Robert A. Solera

 
At 9:39 p. m., Anonymous Anónimo said...

Eso que dice Riberto A Solera es mentira. Pancho trabajo en una factoria de zapatos y mas nunca estuvo envuelto con el govierno Cubano. Lo se porque fue mi Tio!

 
At 2:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Pancho Molina fue victima de la politica del momento. La muerte de la nina venezolana fue una tragedia usada por el gobierno americano para ventaja politica. Si uno mira con ojos abiertos los acontecimientos de ese dia, estudia las contradicciones de los testigos, la interferencia en el caso legal por la CIA y el FBI y las confesiones despues del caso de los testigos que fueron presionados, es obvio que el caso no tuvo que ver nada con justicia por la muerte de esta criatura y todo que ver con el momento politico y el crear el gancho como un monstruo. Es increible escuchar aun recientemente mas mentiras como la del Sr. Solera. Pancho Molina fue mi padrino y tio. Toda nuestra familia sufrio muchisimo lo que occurio. Personalmente me hace reir mas que nada escuchar las mentiras que aun se dicen sobre el mas de 50 veranos despues. Descansa en paz Tio. No hiciste nada ese dia en el Prado mas que defenderte de unos que llegaron a causar problemas. Nunca llegue a conocerte en persona por los juegos de los que mueven el mundo. Ojala nos veamos en la proxima vida?

 

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