lunes, septiembre 04, 2006

MARTHA STRADA, LA DIVA ABSURDA

Martha Strada, la Diva absurda.




Por: Eloy Arnaldo González. *
eloy_gnzlz@yahoo.com

Una de las pocas cantantes que en este país ( Cuba) ha sabido cantar desde su silencio.
Norge Espinosa.




Anoche me concedí un tiempo de recuerdos, he recreado la música de aquellos años de mediado de la década de los 60’s cuando llegué a la Habana, y andaba por sus calles como un ser alucinado. Escuché música haciéndola acompañar de fotos de artistas y programa de televisión casi olvidados. Las notas musicales me produjeron el extraño placer de sentir los recuerdos como permanentes desvelos, aguijoneando de esta forma el alma errante del cansado.

En los 60’s La Habana seguía siendo una permanente eclosión de luces y de música; sus noches interminables de mundo distinto y apreciado no habían desaparecidos. Tenía lugar un aferramiento de música desgarrada en voces de baladistas ya agotados, para de las entrañas mismas de las gentes, ver brotar las melodías cadenciosas y la irrupción vibrante de los tambores llamando a la conga desenfrenada, lujuriosa y pujante. La música como otras cosas, conspiraban y procuraban sin éxitos sacar ventajas de una vida que se hacia cada vez más deslucida, colectiva y vacía; marcada por las consignas y el hervidero del cambio febril que se imponía.

Y es en noches inciertas que aparece en ese gran escenario que es La Habana, Martha Strada, una baladista que como muestra anticipada de lo sombrío, aparecía en sus presentaciones vestida de negro y en ocasiones con unas gafas negras. Hizo su debut en los tempranos años de los 60’s después de haber tomado clases de actuación y canto, sé impuso en el gusto de los cubanos sin menguar la popularidad de otros artistas por aquel tiempo. Era única, traía el signo distinto de las Divas, y los más sagaces observadores del mundo artístico de aquellos tiempos la compararon con Edith Piaf y Juliete Grecó.

Tengo en mi memoria sus canciones que hoy me acompañan. Nadie como ella, la Diva absurda, que interpretaba canciones en italiano que acariciaban y melodías que eran como súbita cascada de versos, a veces entrecortados. Sabiéndose impar cantaba y decía sus canciones como bien quería. La Mamma, Sésamo, La Tómbola, fueron unas entre muchas. Encuentro cierto sobrecogimiento al recordar sus interpretaciones de: Abrázame fuerte, No pensare a me, y Días como hoy, esta última mi canción preferida.

Días como hoy/ Que mi amor no lo puedo expresar/Días como hoy/ que mi vida no es vida sin ti/ que no puedo vivir si no esta/ si no estas junto a mi/.

Una voz desgarrada, forzada y por momentos ronca, que adecuaba a la canción indiscutible y la nota que brota sin enfado, había sobretodo: actuación y rabia. Un drama de frases, notas y gestos que eran un reto al auditorio que seguía por igual los versos y el movimiento único de sus manos que jugaban con el aire. Cada una de sus actuaciones era un acto de enojo, quien sabe por qué. El negro de sus vestidos y un raro maquillaje acentuaba una palidez en sus mejillas como de muerte.

Difícil definir su derrotero, como su actuación misma. Fue casi una sombra que apareció sin fecha bien determinada, para desaparecer a finales de la misma década que la vio crecer en los escenarios más variados. Se cruzó en el camino de los escarnecedores de turno, de los oscuros personajes que calculaban el costo ideológico de una canción como lo hacen con un poema. Sobre valoraron el movimiento de sus manos, su mirada desafiante y su voz la creyeron un despropósito, por eso decidieron que era mejor hacerla desparecer dejándola asomar en los escenarios alguna que otra vez, para dejar la estampa lastimosa de una presentación por cada década de las que aún le quedaban por vivir. Como se ha llegado a afirmar: supo cantar desde el silencio.

En realidad fue demasiado silencio para una sombra , que se negaba a ser despojada de la vida. Víctima como muchos de tanto oprobio, se considera que cometió el error de negarse a ser parte de la milicias revolucionarias; por lo cual fue condenada a penar en escenarios de provincia y en grotescos carnavales que de año en año celebran las glorias productivas de una Revolución, que ya había hecho enmudecer la libertad y el encanto de una canción dicha con frescura.

La presencia de Martha Strada en el escenario era en si una provocación, muchos de sus seguidores también lo eran, se hablaba e incluso se habla de una Diva de los existencialistas, lo que me parece exagerado. Era como las Diva: única e irrepetible, sin pretender alcanzar la luz como para no cegarse. Se propuso hacer lo que quería, en aquel escenario improvisado en que se había convertido esa Habana que vivía los días turbulentos de los 60’s; una Habana que se iba despidiendo de las luces.

Quien sabe donde encontró refugio en todos aquellos años de olvido, el alma adusta de ésta cantante que tanto nos deleitó en los 60’s. En aquellos días cuando todavía contábamos con los sueños y las cálidas noches de La Habana invitaban al andar, a deslumbrarse con las luces también dispuestas y a sorprenderse con un beso robado en una tarde de apretados cuerpos entre palmeras.

Sabemos que la Diva llegó de forma tardía y con quebranto de enfermedad al Exilio, que para ella era el reencuentro con su único hijo; para morir años después, en un Hospital de la ciudad de Miami en febrero del 2005.

¿Donde estarán las perdidas grabaciones de la Diva absurda, que habiendo cantado para tantos, hoy sólo es el recuerdo de un viejo disco de acetato, grabado en el año 1964 y del cuál dudo que alguien guarde alguna copia?

Por lo pronto, sin tener sus grabaciones, viendo su marchita imagen en una foto y recordando algunos de los versos de esas sus canciones; me sumerjo en una noche más de este tiempo y de este destino que no admite distracciones, porque sin dudas estos días no son como los de ayer. Y la Habana esa que tal vez nos vea un día andándola con impaciencia de final, no podrá devolvernos aquellos días que no son como los de hoy, y tampoco serán los del mañana; si es que habrá un mañana.


© 2006


* Physician and Freelancer Writer. E-mail: eloy_gnzlz@yahoo.com. Published in: Panorama Hispanic Newspaper.