NO ES COBARDÍA, ES IGNORANCIA POLÍTICA

“Los cubanos no salen a protestar a las calles a pesar de las calamidades económicas, las pésimas políticas gubernamentales, la ausencia de libertades cívicas y políticas”.
Este es el punto de vista de Pablo Alfonso en su artículo “Ironías y paradojas” publicado en el Diario de Las Américas.

El periodista interpreta esta aparente tranquilidad de dos formas. La primera: en la isla todavía se le otorga cierta confianza política al régimen. La segunda: no hay protestas por la incapacidad de los cubanos para reclamar a cara descubierta sus derechos

Antes de afirmar que los cubanos son incapaces de reclamar, en otras palabras cobardes, hay que preguntar ¿Qué entienden los cubanos por derechos humanos?

La concepción humanista de los derechos del hombre en nuestro sistema legal está desnaturalizada. Por ejemplo, la Constitución de la República de 1976, reformada en 1992, en su artículo 43 reconoce el derecho a la igualdad y lo expone de la siguiente forma:

El Estado consagra el derecho conquistado por la Revolución de que los ciudadanos, sin distinción de raza, color de la piel, sexo, creencias religiosas, origen nacional y cualquier otra lesiva a la dignidad humana….

Evidentemente, la propia Carta Magna desvirtúa el significado y trascendencia de los derechos. Los concibe como conquistas alcanzadas por la “Revolución Socialista”, resultados de la toma del poder por la “clase trabajadora” y no como facultades consustanciales de los seres humanos.

De esta forma, cada uno de los derechos reconocidos constitucionalmente son obra y gracia de un gobierno que los protege y garantiza. Por tanto, para los cubanos, derecho es todo aquello que da la Revolución: educación y salud gratuita. No saben que las facultades humanas son poderes jurídicos que el Estado tiene la obligación de respetar.

La ignorancia de temas básicos relacionado con los derechos fundamentales es lo que permite al régimen manipular políticamente a la población. Es lo que le permite violentar las propias leyes que crea. Desde su nacimiento, a los cubanos les vulneran los derechos ciudadanos.

Un lector, a raíz del artículo que publiqué acerca de la violación de las leyes cubanas por parte del gobierno, me envió una misiva en la que me decía: “muy técnica tu disertación, hija, pero ¿no crees que eso es lo que menos interesa a muchos cubanos sumidos en las calamidades que les impone el régimen?

Evidentemente al gobierno le conviene más que el pueblo esté pendiente de sus problemas cotidianos y no repare en las incoherentes políticas que emprende. Aparte del miedo, el acoso y la represión policial, los cubanos no demandan, no porque no tengan el valor, sino porque desconocen.
En Cuba no hay cobardía ni desinterés por la política. Lamentablemente hay un desconocimiento jurídico que impide que el pueblo emprenda acciones concretas para una transición democrática.
laritzadiversent@yahoo.es