sábado, marzo 31, 2012

Luis Cino Álvarez desde Cuba: La Papafobia

Tomado de http://www.primaveradigital.org



La Papafobia

Por Luis Cino Álvarez
Jueves, 29 de Marzo de 2012


Cuba actualidad Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) La semana pasada, luego de la invitación cardenalicia para que la policía política desalojara por la fuerza a los trece disidentes que ocuparon por más de 48 horas la Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad, en Centro Habana, expresé el bochorno que sentía por la actitud de la jerarquía eclesiástica.Pero eso no quiere decir que yo, que apenas puedo llamarme católico porque lo soy casi por inercia, por costumbre o porque no puedo vivir sin creer en algo, me vaya a montar en la ola anticlerical y anticatólica en la que muchos se montan por estos días, a propósito de la visita del Papa Benedicto XVI.

Cada cual tendrá sus motivos para sumarse a la ola y la papafobia. Están los no creyentes, ateos y agnósticos, y los que tienen otros credos. Los que sienten impotencia ante tanta calamidad, desesperanza y desfachatez y se sienten abandonados hasta por la mano de Dios y los que dicen ser sus representantes. Los que se sienten decepcionados porque la jerarquía católica olvida la función social de la iglesia y a cambio de migajas, se dedica a hacer mala política. Quienes esperan, no se sabe por qué, lo que no hay que esperar del Papa, un milagro, en estos tiempos que es sabido que no son de milagros.

Los entiendo perfectamente. Lo que no puedo entender es el irrespeto, la intolerancia, el oportunismo político y los ministros de otros credos que tratan de traer agua por cauces torcidos a sus molinos -¿máquinas moledoras?- de la fe.

Así que advierto que no esperen de mí catilinarias ni un ultimátum antes de la Yihad contra Su Santidad. Como mismo no se me ve comulgar por las sacristías, tampoco voy a sumarme al coro de gospel de los predicadores que, a falta de mejores argumentos, hablan del Anti-Cristo, de Roma como si fuera la de los Césares y el Circo, y echan mano de citas bíblicas fuera de contexto o que se pueden interpretar según convenga a cada cual.

Tampoco me uno a los que por estos días enumeran la larga letanía de los viejos pecados históricos de la Iglesia Católica que todos conocemos, y que ahora resulta tan oportuna para validar los argumentos acerca de la complicidad de la jerarquía eclesiástica nacional con la dictadura. Me pregunto por qué son remisos a usar esa buena memoria en asuntos históricos también respecto a los pecados de Estados Unidos, de Europa, o de ese capitalismo que se hizo amasado con sangre y hoy en crisis, pero que creen a ultranza que es la panacea a todos nuestros males.

Ya me parece escuchar a los que hablarán con ironía o algo peor del daño que me hizo estudiar a Marx a la cañona. Les contesto recordándoles el daño que nos hicieron a todos con aquello de que "la religión es el opio de los pueblos" y otras pendejadas ¿leninistas? Miren cuán jodidos y desnortados nos tienen hoy a nosotros y a nuestros hijos.

Con tantos culpables como hay de nuestros desastres, sólo atinamos a exigir del Papa que vive en Roma lo que no somos capaces de hacer como pueblo.

¿Por qué la soberbia de creernos, como opositores, que tenemos el derecho de impedir a los católicos cubanos ser visitados por el Papa? Digan lo que digan, sí es numeroso el rebaño. Y no necesariamente es abiertamente opositor. La mayoría está loca porque se acabe la dictadura, pero no sabe como ni se atreve a decirlo claramente, casi ni a pensarlo, porque le han inculcado el miedo, no sólo a las represalias, las coacciones, los cuerpos represivos y las cárceles, sino también al cambio y a lo que vendrá después. La dictadura consiguió eso porque, entre otras cosas, durante décadas nos mantuvo alejados de Dios.

Se dice que los cubanos no son mayoritariamente católicos, sino santeros. Que sólo un 10% son católicos practicantes. Otros, conceptualmente menos ortodoxos, dicen que los católicos son más del 60% de la población. Lo cierto es que habrá muchos santeros (se calcula que un 70%), pero casi todos están bautizados, van a la iglesia, y si les preguntan, dicen que son católicos "a su manera". Justamente como yo. Y de esos habemos bastantes.

La actitud alcahueta del cardenal Ortega ya no es noticia. Respecto a con quién se debe reunir o no el Papa, no hay mucho que explicar. Benedicto XVI viene no solo en visita apostólica, sino también como jefe de Estado del Vaticano, que por cierto, es un estado totalitario como quiera que se mire. Aunque sus gulags y su policía política sean de tipo espiritual. Por mucho que nos disguste, el Papa se reunirá con el mandatario cubano. Puro protocolo. Si dedica unos minutos siquiera a las Damas de Blanco es una opción moral. Pero si no tiene por qué recibir a opositores, tampoco tiene que reunirse con Fidel Castro, que por estar retirado, es un ciudadano más –¿no es acaso el Compañero Fidel?- , por demás, excomulgado por la Iglesia Católica desde hace 50 años.

No tengo mucho más que decir respecto a la visita del Papa. Ni siquiera sé bien por qué me desgasto en escribir esto. Es sólo porque reventaría si no digo algo. Digamos que no me da la gana de quedarme callado ante tantos llamados oportunistas a incendiar los templos y curas-alguaciles que amenazan -¡ay, san Ignacio de Loyola!- con crear sus propias brigadas de respuesta rápida.

Sé que la visita del Papa Ratzinger poco aportará a la solución de nuestros problemas. Estuve hace 14 años, por primera vez parado en la Plaza de la Revolución, en la misa que dio allí Juan Pablo II. Por si no lo sabe el Departamento Seguridad del Estado fui uno de los varios centenares que gritaron ¡libertad! –aunque por la TV no se escuchara tan fuerte como hubiésemos querido, tal vez debido a ese viento misterioso que soplaba aquella mañana Pero que no se preocupen los segurosos, que en la misa habanera de Benedicto XVI –aunque me dejasen asisitir, que lo dudo- no pienso estar. ¿Para qué? Me conformo con la bendición que recibirá todo mi pueblo. Todos. También los que hoy padecen de Papafobia y de modo entusiasta e irresponsable practican surf en la cresta de la ola anticatólica. Supongo que coincidirán conmigo en que una bendición -y máxime en tiempos difíciles- nunca está de más.

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Rafael Rojas: La complicidad entre castrismo e Iglesia en Cuba

Tomado de http://elpais.com




La complicidad entre castrismo e Iglesia


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En Cuba, el proyecto de nación del catolicismo se presenta como extensión o complemento del proyecto oficial. Es un camino que no contribuye a la democratización ni a garantizar el pluralismo ideológico de la isla
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Por Rafael Rojas
31 MAR 2012


En la resaca de las tantas visiones promisorias sobre la visita del Papa a Cuba que circulaban desde fines del año pasado, hoy advertimos que los mayores beneficios del paso de Ratzinger por la isla tal vez no haya que buscarlos en Santiago o La Habana sino en Washington y Bruselas. La presencia en Cuba del líder de una iglesia que congrega a más de mil millones de fieles en el mundo tal vez ayude a consolidar el criterio de que la democratización cubana no se abrirá paso por medio de políticas basadas en el aislamiento diplomático de ese país o en sanciones comerciales contra su gobierno.

Al igual que en la visita de Juan Pablo II en 1998, la ciudadanía de la isla pudo escuchar a un jefe de Estado que habla de paz y libertad, de sociedad abierta y verdad cristiana. Todos, conceptos ajenos al discurso excluyente y confrontacional que ha caracterizado al gobierno cubano en más de medio siglo de poder. La forma manipuladora con que los medios oficiales enfocaron la visita y los mensajes del Papa y el modo abiertamente represivo con que las autoridades manejaron la seguridad nacional, antes y durante la estancia de Benedicto XVI en Cuba, fue una perfecta negación de esos mismos conceptos, serenamente formulados en las homilías del Papa.

De cara a la nueva sociedad que se viene construyendo en la isla, en las dos últimas décadas, la visita papal abre interrogaciones que no pueden silenciarse ¿Qué tipo de ciudadanía acabará constituyéndose en ese país caribeño, si se normaliza la hegemonía doble del Partido Comunista sobre la sociedad política y de la Iglesia Católica sobre la sociedad civil? ¿Qué sujetos políticos moldeará un sistema en el que la institución alternativa al Estado socialista, que cuenta con mayores derechos civiles para la trasmisión de sus valores a la sociedad, es la Iglesia Católica?

Hoy se puede hablar de una fe sostenida por dos instituciones autoritarias que saben entenderse

Existe la equivocada percepción de que Cuba ha sido y es una nación católica, como España o México, Irlanda o Polonia. El proyecto católico de nación nunca predominó en Cuba por muchas razones que podrían resumirse con la idea del antropólogo cubano, Fernando Ortiz, de que allí la nacionalidad se formó tardíamente, entre mediados del siglo XIX y principios del XX, por medio de un proceso de transculturación que incluyó, por supuesto, diversos cultos religiosos. La religión católica fue la más practicada por los cubanos hasta 1958, pero la Iglesia no era la institución hegemónica de la sociedad civil de la isla antes del triunfo de la Revolución.

Hoy los católicos no son mayoría demográfica en Cuba y, sin embargo, la Iglesia es tratada por el gobierno de Raúl Castro como si su feligresía acumulara las bases no representadas por el Partido Comunista. Este último ha concedido al clero católico derechos de asociación y expresión que, por ser negados a la ciudadanía, se convierten en privilegios, que le permiten crecer en condiciones excepcionales. Es cierto que los católicos cubanos han luchado por esos derechos en el último medio siglo, pero no menos que otras minorías de la sociedad, como las que conforman la oposición pacífica.

(Dibujo de Eva Vázquez)

En su loable esfuerzo por abrir la esfera pública de la isla, la Iglesia y sus intelectuales insisten en que el crecimiento de esta institución se debe a que la misma no pertenece a la sociedad política sino a la sociedad civil y que, por tanto, su labor es estrictamente “pastoral”. Sin embargo, no dejan perder oportunidad alguna para presentar la manera en que la Iglesia se relaciona con el gobierno de Raúl Castro como el tipo de oposición leal que deberían practicar todas las asociaciones independientes para ser reconocidas. Nada más político que asumir un tipo de relación con un gobierno como paradigma de toda la sociabilidad de un país.

El Papa se vio obligado a declarar que “la ideología marxista ya no responde a la realidad”

Habría entonces que empezar por admitir que el crecimiento del catolicismo cubano en las dos últimas décadas no ha sido meramente “natural” o “espontáneo”, sino que ha respondido a la coyuntura histórica del colapso ideológico del marxismo-leninismo en los 90 y a los privilegios concedidos a la Iglesia a partir de esa década. Todavía en los años previos y posteriores a la visita de Juan Pablo II a la isla podía hablarse de la recuperación de una fe reprimida o amordazada. Hoy habría que hablar ya de una fe ideológicamente sostenida por dos instituciones autoritarias, que encuentran un punto de entendimiento en el discurso y la práctica del nacionalismo excluyente.

El sentido excluyente de ambos nacionalismos comienza con la representación de toda la comunidad cubana como comunista o católica. Un editorial de Granma de mediados de marzo hablaba de la “Nación cubana”, no de la Revolución o el Socialismo, y presentaba a esta al Papa Benedicto XVI, casi, como un pueblo católico. El embajador de la isla ante la Santa Sede fue más allá y declaró que la “Revolución Cubana y la Iglesia Católica hablaban el mismo idioma porque perseguían lo mismo”. La homologación de discursos entre ambas instituciones fue tan clara en los medios oficiales que el Papa se vio obligado a declarar, antes de su viaje a México, que la “ideología marxista ya no responde a la realidad”.

Si lo que el Papa quiso decir era que la ideología oficial cubana no responde a la realidad de la isla, tal vez debió referirse a la ideología “marxista-leninista” o “estalinista” o, incluso, “comunista”. La teoría social e histórica del capitalismo moderno de Marx es, por el contrario, una de las ideologías que más contactos establece con la realidad global del siglo XXI. Lo curioso es que el gobierno tolere el anticomunismo de la Iglesia Católica, mientras subvalora, margina o silencia los marxismos críticos que se posicionan frente a la ausencia de democracia o al avance del capitalismo en Cuba.

La elección oficial del catolicismo como alternativa leal posee, además, el inconveniente de facilitar el arraigo de ideas conservadoras sobre la nueva comunidad multicultural que intenta articularse en la isla a principios del siglo XXI. La visión de la Iglesia sobre las alteridades sexuales, raciales y genéricas, sobre los cultos afrocubanos, el aborto y el matrimonio gay, es tradicionalista, por no decir reaccionaria. El gobierno cubano, que históricamente ha demostrado ser también conservador en esas materias, hace acompañar su cautelosa apertura económica de una reevangelización católica que se propone crear una mayoría moral, “obediente en la fe” y “buscadora de la verdad”.

El Papa, el cardenal Jaime Ortega, el arzobispo Thomas Wenski y casi todos los líderes católicos, dentro y fuera de Cuba, hablan de un “largo camino de reconciliación nacional” y de una transición gradual, que evite el capitalismo salvaje en Cuba. La pregunta que queda en pie es por qué para evitar ese tipo de capitalismo y avanzar en esa reconciliación nacional es necesario privar a la ciudadanía de derechos civiles y políticos elementales como la libertad de asociación y expresión. No estaría mal que, aprovechando los medios con que ya cuenta, la Iglesia fuera más transparente en la exposición del tipo de capitalismo y el tipo de democracia que desea para Cuba.

El catolicismo, como sostuviera el malogrado profesor de la Universidad de Cambridge, Emile Perreau-Saussine, en su póstumo estudio Catholicism and Democracy (2012), no es incompatible con la democracia. Pero sus mayores contribuciones a esta se han verificado cuando ha sabido renunciar a sus linajes antiliberales y anticomunistas y se ha secularizado por la vía del diálogo ecuménico y la convivencia con otras religiones, cultos e ideologías. Los católicos cubanos deberían ganar conciencia en que el crecimiento de su fe en Cuba sólo podrá consolidarse plenamente bajo un clima de tolerancia religiosa, diversidad ideológica y libertades públicas para todos.

La visita del Papa Benedicto XVI a Cuba ha sido beneficiosa para la democratización, toda vez que el pueblo de la isla entró en contacto con un líder mundial que trasmite ideas y valores diferentes a los del Estado cubano. Lo que no favorece la democratización de Cuba es que el proyecto de nación del catolicismo se presente como extensión o complemento del proyecto oficial. Lo que, definitivamente, no contribuye al creciente pluralismo ideológico de la isla es que la Iglesia Católica comparta con el Partido Comunista la hegemonía sobre la esfera pública cubana, aceptando la limitación de derechos de las demás asociaciones civiles y políticas del país.

Rafael Rojas es historiador.


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Alejandro Ríos: Hijos de papá en Cuba

Tomado de http://www.elnuevoherald.com



Hijos de papá

Por Alejandro Ríos

Cuando el ex ministro de Cultura cubano, el escritor Abel Prieto, quería menoscabar a intelectuales o artistas del exilio, sobre todos a los que han buscado residencia en Estados Unidos, los calificaba de “platistas” por aquello de la Enmienda Platt.

Platistas no son, sin embargo, dos de los hijos de Fidel Castro y uno de Ernesto Che Guevara cuando se ven rebosantes de felicidad abrazando a un fotógrafo norteamericano y llenándolo de encomios por haberlos incluidos en el libro Habana Libre, donde, supuestamente, se revela una ciudad oculta al mundo, llena de tentaciones, fiestas y buena vida, paradójicamente a imagen y semejanza de la gloriosa capital que se canceló con la llegada de los ordinarios guerrilleros en 1959.

La isla de Cuba padece el síndrome de los “descubridores” desde Colón a nuestros días. Al principio fueron los adelantados españoles, luego algún que otro científico de prestigio y, recientemente, la operación ha recaído sobre la espalda de notables culturales. La dupla Ry Cooder y Wim Wenders “descubrieron” a un grupo de ancianos músicos y compositores abandonados a su suerte en el proyecto Buena Vista Social Club, que luego derivó en un insólito operativo comercial, tal vez el más eficaz de la música cubana de los últimos tiempos.

(Antonio Castro y su esposa en un Festival del Habano)

El descubridor de ahora, estadounidense por cierto, es el fotógrafo Michael Dweck, quien ha compaginado el mencionado libro Habana Libre, así como una exposición de sus reveladoras instantáneas en la oficialista Fototeca de Cuba.

Dweck es el “buen americano”, ingenuo o cómplice hasta la idiotez, y nos confía que esta reedición de “la dulce vida” en medio de la Cuba indigente era un secreto para él, pues no sabía que existía lo que se ha dado en llamar farándula, integrada por músicos, modelos, pintores, escritores así como una nueva adición, que solía operar en zonas más privadas, alejadas de miradas indiscretas, “los hijos de papá”, todos ocupados en pasarla bien.

Estas criaturas de la noche, según afirma Nelson Ramírez de Arellano, el escuálido platista que debió presentar la exposición en la Fototeca que dirige, confirman que “en Cuba hay felicidad”, a pesar de “la versión negativa que dan las agencias extranjeras de noticias”.

Se trata, sin embargo, de un modo excepcional de la bienaventuranza que, por supuesto, no toca parejo, como rezaba el marxismo, aunque Alex Castro, uno de los protagonistas del glamour nocturno, afirme, sin un ápice de vergüenza, que Dweck fotografió “la esencia mía o del pueblo cubano”, lo cual coloca al vástago del dictador a la altura de su progenitor, al equipararse a la nacionalidad cubana.

Los tiempos cambian ciertamente. La otras “dulces vidas” de la nomenclatura cubana, como la del hijo de Raúl Roa, quien entre fiesta y fiesta importaba máquinas para limpiar nieve, o la de los militares de Angola, con sus saraos de bataclanas jóvenes, podían terminar en responsos o fusilamientos, en dependencia del estado del oportunismo político de los Castro.

La edición limitada del libro de Dweck se vende al precio de $800. Parte de lo que recaude irá a los fondos de la Fundación Ludwig para proyectos artísticos en la isla. Quien se tome el trabajo de revisar el website del álbum, encontrará muchas fotos de hermosas jineteras de lujo semidesnudas, además de imágenes de Tropicana y de otros sitios exclusivos. Sin duda, el fotógrafo acometió su empeño protegido por orejeras que le impidieron mirar los márgenes, donde los policías dan pescozones a quienes disienten y una ama de casa, que ni sabe que existe la farándula, da gracias a Dios porque la sal ha sido liberada de los productos racionados de la libreta de abastecimiento, como un símbolo de los avatares por venir.

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Carlos Alberto Montaner: Lo que el Papa vio en Cuba

Tomado de http://www.elblogdemontaner.com



Lo que el Papa vio en Cuba


Por Carlos Alberto Montaner


(FIRMAS PRESS) Cientos de millones de personas vieron al papa en Cuba, oyeron sus discursos y contemplaron lo que allí sucedió. Cada uno de esos testigos, como es natural, percibió la visita de manera diferente. Ahora lo interesante es saber cuál fue la percepción del papa y de su entorno. Esto es lo que he podido averiguar por medio de fuentes eclesiásticas (y otras) que desean mantenerse en total anonimato. Algunas de esas fuentes estuvieron muy cerca del Santo Padre.

Primero. A Benedicto XVI le sorprendió el inmenso contraste entre el recibimiento mexicano –alegre, libre, multitudinario y espontáneo–, en medio de una ciudad viva y económicamente vibrante, y las crispadas ceremonias cubanas, evidentemente controladas por la policía política, celebradas en un país empobrecido hasta la miseria, precedidas por centenares de detenciones. El espectáculo horrendo de un joven salvajemente golpeado por un policía disfrazado de camillero de la Cruz Roja le tocó el corazón al papa y se interesó personalmente por su destino. Al fin y al cabo, el pobre hombre sólo había gritado "abajo el comunismo", versión popular de lo que él mismo había dicho al salir de Italia cuando declaró que el marxismo era una ideología fracasada a la que había que enterrar.

Segundo. Al papa y a su séquito les pareció lamentable que Raúl Castro pronunciara en Santiago de Cuba el clásico discurso estalinista de guerra fría con que intentaba justificar la dictadura. Esperaban un mensaje de cambio y de esperanza, no de reiteración de las líneas maestras del régimen. Ese texto, junto a los discursos que pronunciaron el canciller Bruno Rodríguez y el vicepresidente a cargo del sector económico, Marino Alberto Murillo, los convencieron de que Raúl Castro está mucho más interesado en mantenerse anclado en el pasado que en preparar un futuro mejor para los cubanos.

Tercero. Comprobaron, con dolor, que la petición del anterior papa, Juan Pablo II, durante su visita de hace 14 años, encaminada a que los cubanos perdieran el miedo, había sido inútil. Salvo unos cuantos centenares de demócratas de la oposición, permanentemente acosados y golpeados, y a veces encarcelados, ésa es una sociedad podrida por el miedo. Pero la manifestación de miedo que más les intrigó no fue la de los opositores, sino la de los aparentes partidarios. Conocieron muy de cerca el doble lenguaje y eso los aterró. Cuando hablaban a solas con los funcionarios, estos se manifestaban abiertos, tolerantes y deseosos de reformas profundas que abarcaran el terreno político. Uno, en privado, hasta llegó a admitir que eran necesarios el multipartidismo y las elecciones libres para que la sociedad realmente avanzara hacia la modernidad, aunque los comunistas perdieran el poder. Pero, tan pronto se sumaba otra persona a la conversación, o aparecían los periodistas, retomaban el discurso ortodoxo más inflexible y estalinista, repitiendo el guión oficial sin excluir una sola coma. Era un espectáculo muy penoso.

Cuarto. El papa y su comitiva confirmaron lo que ya intuían: la Iglesia cubana está escindida en dos líneas clarísimas: la del cardenal Jaime Ortega, contemporizador hasta el extremo colaboracionista de pedirle a la fuerza pública que desalojara un templo ocupado por unos feligreses que deseaban protestar contra la dictadura, a sabiendas de que serían detenidos y seguramente maltratados, y la de obispos como Dionisio García Ibáñez, quien fue ingeniero antes de ordenarse como sacerdote, mucho más firme en su rechazo al régimen cubano. Mientras Jaime Ortega se queda en el ámbito de la compasión por algunas víctimas del gobierno (evidentemente no de todas), Dionisio (aun cuando sigue siendo amigo del Cardenal) y otros sacerdotes, como el famoso cura José Conrado Rodríguez, párroco en una iglesia de Santiago de Cuba, están convencidos de que no habrá alivio ni reconciliación entre los cubanos hasta que ese régimen no sea pacíficamente sustituido por una verdadera democracia que tome en cuenta las opiniones de toda la sociedad y no solamente las de un puñado de ultracomunistas enredados en las telarañas del pasado.

Quinto. El papa comprobó que su contemporáneo Fidel Castro –tienen la misma edad—está en peores condiciones físicas y mentales que él. Encontró a un ancianito físicamente desvalido, mentalmente errático y con graves dificultades para comunicarse. Está liquidado. El papa, que es un hombre bueno, oró por él. Ésa es la costumbre cristiana.

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Cuba. Andrés Carrión Álvarez, fue el valiente cubano que gritó “abajo el comunismo” antes de ser reprimido en la Misa del Papa Benedicto XVI

Tomado de http://www.hablalosinmiedo.com


Fuente: José Daniel Ferrer García
Hora: 5:09 PM, 30/03/2012

Sí, les habla José Daniel Ferrer García, coordinador de la Unión Patriótica de Cuba.

En la tarde de hoy, hace solo minutos, los miembros de la Unión Patriótica de Cuba Ángel Antonio Blanco Rodríguez y Alfonso Chaviano Peláez visitaron a Hilda, Aliuska y Carlos, abuela, esposa y primo respectivamente de Andrés Carrión Álvarez, el hombre que se manifestó en la plaza Antonio Maceo poco antes de comenzar la misa del Papa Benedicto XVI el pasado lunes. Estos familiares de este valiente compatriota brindaron ciertas informaciones sobre la situación actual de él, ¿no? a nuestros hermanos de lucha. La esposa no quiso profundizar mucho en el caso porque es doctora, trabaja en un policlínico en el poblado de Boniato y teme ¿no? a las consecuencias, a las represalias que contra ella puedan tomar. Los demás familiares si fueron un poco más explícitos, conversaron con los nuestros, hoy, precisamente cumplía años y queremos rectificar que entre todos los datos que hemos dado de Andrés había uno con una ligera equivocación, es decir, dijimos que tenía 38 años de edad y en realidad hoy cumplió 40 años de edad según nos precisaron sus familiares. Los familiares dicen, en este caso la esposa que pudo verle que él se encuentra de buen ánimo, que le dice que no ha tenido problemas allí dentro, que no sabemos hasta donde sea así con precisión, pero bueno, esas han sido sus palabras de que allí dentro el trato no ha sido malo, que ha estado dentro de lo establecido ¿no? en un centro penitenciario de las características del de Versalles . Es decir, la familia muy preocupada por la situación de él, los oficiales de la Policía Política le ha dicho a la familia que respuesta sobre cuál va a ser la decisión última sobre Andrés Carrión la darán la semana que viene, que hasta la semana próxima le van a tener allí detenido. De ahí la necesidad de que se levante la mayor cantidad de voces solidarias en el mundo porque este es un hombre que está allí arbitrariamente detenido por capricho de la Policía Política, este hombre no cometió ningún delito, este hombre solo quiso manifestarse el pasado lunes y allí le tienen después de la agresión que sufrió allí mismo en la plaza, le tienen confinado en un calabozo de la Unidad de Operaciones Policiales de Versalles en Santiago de Cuba.


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Tomado de http://www.cubaencuentro.com

Opositores identifican a cubano golpeado en la misa del Papa en Santiago de Cuba


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Andrés Carrión Álvarez, licenciado en Rehabilitación social y ocupacional, burló los controles de seguridad y alcanzó a gritar “abajo el comunismo” antes de ser reprimido por los agentes
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Redacción CE
Madrid
30/03/2012


El trabajador social Andrés Carrión Álvarez es el hombre que gritó “Abajo el comunismo” el pasado lunes antes que el Papa Benedicto XVI iniciará la misa en la Plaza Antonio Maceo, en la ciudad de Santiago de Cuba, informó el ex preso político José Daniel Ferrer García.

Carrión Álvarez, de 38 años y licenciado en Rehabilitación social y ocupacional, burló los controles de seguridad y alcanzó a gritar “abajo el comunismo”, pero de inmediato fue reprimido por agentes de la Seguridad y golpeado por algunas personas que presenciaban el acto.

El video donde se ve cómo el disidente es golpeado por una persona con el emblema de la Cruz Roja fue captado por varias cadenas de televisión que cubrían los actos papales en la Isla, por lo que la información se difundió en los medios de comunicación.

Ferrer García informó que el activista Alfonso Chaviano Peláez, de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y uno de los opositores detenidos para impedirles asistir a la misa del Papa, conoce a Carrión Álvarez.

“Él no había podido reportarlo (…) por la falta de comunicación (…) porque le tenían completamente vigilada la vivienda (…) luego de que el Papa se fue. Por una sencilla razón, Chaviano Peláez conoce al ciudadano al ciudadano que se manifestó abiertamente en la plaza Antonio Maceo durante la misa del Papa”, declaró Ferrer García a través de Háblalo Sin Miedo.

Carrión Álvarez, quien reside en el Reparto Sorribes, en Santiago de Cuba, permanece detenido en la Unidad de Operaciones Policiales de esa ciudad, informó Ferrer García, y agregó que estos datos se los dio el propio Chaviano Peláez.
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Tomado de http://www.cubaencuentro.com

“A mí nadie me ha pagado nada”, nuevas imágenes del cubano que protestó en misa papal

Las cámaras de la cadena Univisión recogieron el momento en el que el cubano que gritara “Abajo el comunismo”, antes de la misa del Papa en Santiago de Cuba, es conducido fuera del recinto de la Plaza Antonio Maceo. Algunos testigos de la detención animan a la Seguridad “llévenselo preso, pa' que respete”, mientras el joven grita “van a pegarme”, “grité porque los cubanos no somos libres” y “a mí nadie me ha pagado nada”. [Univisión]Link




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Nota del Bloguista


En el sitio de Amnistía Internacional leemos

V. PERSONAS ENCARCELADAS EN INSTITUCIONES PSIQUIATRICAS

Según las leyes cubanas, los detenidos pueden ser enviados a instituciones psiquiátricas para ser sometidos a pruebas sobre su capacidad para ser juzgados. Aunque se trata de un procedimiento rutinario que en muchos casos beneficia al detenido, Amnistía Internacional teme que en otros, sobre todo de presos políticos, el procedimiento se preste a abusos. En el Hospital Psiquiátrico de La Habana se recluye en muchas ocasiones a personas que no presentan alteración psicológica alguna con psicópatas violentos y personas que sufren alteraciones mentales graves, conviertiendo su estancia en una experiencia traumática. (Véase "Cuba: Cambios recientes que inciden sobre la situación de los presos políticos y el uso de la pena de muerte, AMR 25/04/88/s, septiembre

a)Leandro HIDALGO PUPO

Leandro Hidalgo Pupo, de unos 20 años de edad, fue detenido en La Habana el 23 de febrero por gritar consignas antigubernamentales durante un combate internacional de boxeo celebrado en La Habana. Parece ser que la policía lo golpeó y lo arrastró fuera del recinto. Dos meses después se recibieron informes de que se encontraba en el Hospital Psiquiátrico de La Habana, en la sala especial para presos denominada Sala Carbó Serviá, porque sufría "esquizofrenia paranoide con defectos moderados de personalidad". Se desconoce si continúa allí.

En el artículo de Eduardo Prida La Psiquiatría y sus Psiquiatras un Arma mas de la Revolución, leemos el siguiente párrafo:

¨Como ejemplo del salvajismo cruel fui Testigo y compañero de celda durante 72 horas de Roberto Pupo, estudiante de Matemática que gritó al alcance de los Micrófonos durante un evento deportivo “Abajo el Tirano”, después de ser golpeado salvajemente por los Boxeadores que participaron en el evento, fue ingresado en esta Sala y un desconocido le hizo una herida inciso de izquierda a derecha a la altura de los ojos, dejandole como secuela una sobresaliente cicatriz, pero además los ElectroShock recibidos bajo la prescripción facultativa del Dr. Jorge Pereda, Jefe de esta Sala Ahora .este joven, quien fue un brillante estudiante de Matemática y un rebelde patriota en contra de la Dictadura padece de un deterioro severo e irreversible de sus procesos psíquicos con una personalidad típica de los pacientes psiquiátricos crónicos, solo del brillante estudiante de Matemática queda el nombre.¨

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EN HONOR A LEANDRO HIDALGO PUPO


Por el Compañero


La historia de Leandro es una de admiración por su valor y de desprecio al régimen por la crueldad con la que se ha ensañado contra este joven, cuyo paradero hoy día es desconocido.

Leandro no es un opositor estrella, pocos lo conocen, es un héroe anónimo entre los cubanos. Un buen día se canso de tanta opresión y decidió manifestar su protesta de forma publica. El 23 de Febrero de 1990 este joven de 20 años tuvo el valor de gritar 'Abajo Fidel' en la Ciudad Deportiva durante la transmisión de un evento de boxeo. Supuestamente otros lo iban a seguir en el grito pero entraron en pánico y dejaron a Leandro solo.

La policía lo arrestó en la Ciudad Deportiva, le dió una golpiza bestial, en la cual incluso se dice hasta participaron algunos boxeadores del Equipo Nacional. Como forma de tortura el régimen no lo metió preso, sino que lo traslado al Hospital Psiquiátrico de La Habana y lo confinó en la sala especial para presos denominada Sala Carbó Serviá donde algún Dr. Goebbel de la Tiranía para justificar su arbitrariedad lo diagnosticó con "esquizofrenia paranoide con defectos moderados de personalidad". Esa fue la justificación para utilizar la tortura siquiátrica contra este joven opositor a quien sometieron a un régimen de electroshock para destrozarle su identidad como ser humano y destruirle la razón.

(Uno de los pabellones deL hospital psiquiátrico localizado en el pueblo de Mazorra)

Según reporte del Dr. CLAUDIO F. BENEDI-BERUFF en comparecencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el 10 de Enero del 2001 Leandro para ese entonces seguía preso en Mazorra, estaba completamente loco y lo habían cortado el rostro dejándole una cicatriz que lo desfiguro totalmente. El paradero de Leandro es hoy dia desconocido. Desde hace mas de 7 años no se sabe nada de este valiente joven cubano.

La historia de Leandro es el testimonio vivo de la tragedia cubana. No es una linda historia ni tiene un final feliz, pero asi es nuestra realidad, imperfecta, represiva y brutal

Motivo a las organizaciones de Derechos Humanos (Amnesty International y Human Rights Watch) no dejen este caso dormir y sigan haciendo denuncia mundial sobre el trato inhumano, cruel y degradante del régimen cubano contra un joven que un día se atrevió a decir "Abajo Fidel."

Mis respetos para Leandro Hidalgo Pupo. Todo el que sepa algo más sobre este valiente joven al que admiro profundamente, por favor envíenme un email a blogpoliticacubana@yahoo.com

Fuentes Consultadas:
Amnesty International: Reporte de 1990

DR. CLAUDIO F. BENEDI-BERUFF presta testimonio ante Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la Tortura Psiquitrica en Cuba contra Presos Politicos.


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El telón de la fe y la esperanza han caído ruidosamente en Cuba

Tomado de http://www.primaveradigital.org/

El telón de la fe y la esperanza han caído ruidosamente


Por Ernesto Díaz Rodríguez
Jueves, 22 de Marzo de 2012

Cuba actualidad, Miami, (PD) Tal como ocurrió con Su Santidad Juan Pablo II, la visita del Santo Padre Benedicto XVI, programada para el próximo 26 de marzo, ha revivido en una parte de la población la esperanza a la que suelen aferrarse los pueblos oprimidos de que obre el milagro de unas concesiones de apertura y de unos toques de humanismo a la conciencia de quienes ordenan y mandan en la esclavizada Isla. Otros, más realistas tal vez, porque la historia y las experiencias a golpes de decepciones nos han enseñado, pensamos que sólo servirá a los intereses de la tiranía comunista de Cuba. Es posible que también, aunque en menor medida, a los intereses del Vaticano, que probablemente reciba a cambio de ese gesto de reconocimiento y legitimización internacional del régimen unas pocas migajas.

(El autor , Ernesto Díaz Rodríguez, cuando era preso político plantado)

Bien sabemos que en la teoría la misión de la iglesia en cualquier parte del mundo es evangelizadora, una fuente de amor y de luz para acercarnos a Dios a través de las oraciones y el ejercicio de la fe y la purificación del espíritu. Pero en la práctica, ha habido en nuestro país una degradante deformación, motivada por las acciones de una parte de su más alta jerarquía, que olvidando su responsabilidad humanitaria y cristiana, han cerrado filas junto al bando de los torturadores y los asesinos del pueblo de Cuba. Entre ellos, se destaca por su servilismo el cardenal Jaime Ortega Alamino.

Esta práctica bochornosa sólo podemos calificarla como un acto de cobardía. Esto es comprensible en una persona sin valor que en años anteriores conoció en carne propia el rigor de los campos de concentración de la dictadura comunista. Hay que tener en cuenta que detrás de sus acciones, está la política del Vaticano ansiosa de ganar concesiones en la Isla esclavizada. Esa es la meta, cualquiera que sea el precio a pagar. Pero Cuba no es una excepción. Ya lo hicieron en la España de Franco y lo han hecho en otros países. Se alinean con su complacencia vergonzosa y su silencio cómplice, a horrendos regímenes dictatoriales.

La ocupación de la iglesia Nuestra Señora de la Caridad, en La Habana, ha servido para llamar la atención, en un momento crítico, sobre la naturaleza criminal del régimen comunista de los hermanos Castro. Lamentablemente, unos pocos líderes de la oposición con muy poco sentimiento de solidaridad y probable afán de protagonismo se apresuraron a censurar la ocupación de la iglesia por un pequeño grupo de indefensos hombres y mujeres. No tuvieron en cuenta que fue una acción pacífica, de un puñado de víctimas de la tiranía, con la justa intención de un llamado de urgencia a la conciencia nacional e internacional, con motivos de la próxima visita del Papa a Cuba y la dolorosa realidad que sufren los cubanos bajo un sistema político aberrante, aniquilador de las libertades fundamentales y cruelmente represivo. No podemos, dentro de las alternativas que nos ofrece el derecho del pueblo cubano a ser libre, descalificar una acción legítima contra la tiranía, sin caer en un acto vergonzoso. No debieron hacerlo. La censura pública fue un error inadecuado e inoportuno.

Como suele ocurrir por la naturaleza brutal de la tiranía, el final fue el desalojo por la fuerza, donde no faltó la violencia gubernamental y las vejaciones. Se ha podido conocer, que fue el propio cardenal Jaime Ortega Alamino quien pidió la intervención de la maquinaria represiva del régimen para desalojar de la iglesia a los 13 ocupantes pacíficos. El telón de la fe y de la esperanza ruidosamente ha caído. La complicidad de la jerarquía de la iglesia católica cubana con la tiranía, una vez más ha quedado al desnudo.

*Secretario General de Alpha 66

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viernes, marzo 30, 2012

Cuba. Denuncia Francisco Sigler Amaya del Movimiento Opción Alternativa ola represiva por visita papal

Tomado de http://www.primaveradigital.org



Denuncia Francisco Sigler Amaya ola represiva por visita papal

Por Primavera Digital
Jueves, 29 de Marzo de 2012


Cuba actualidad La Habana, (PD) Juan Francisco Sigler Amaya líder del Movimiento Independiente Opción Alternativa (MIOA) denunció desde su provincia de residencia –Matanzas- la represión organizada y emprendida por el gobierno cubano con motivo de la visita de Su Santidad Benedicto XVI.

Según expresa la declaración, los activistas de MIOA, Edelvis Granda Pérez, José Hernández López, fueron arrestados y conducidos a calabozos, mientras que en el caso de Leticia Ramos Herrería, la activista fue arrestada y desaparecida. Continúa la declaración con la enumeración de otros activistas arrestados y lanzados en calabozos o arrestados domiciliariamente.

Sigler Amaya desde su declaración denuncia la actuación de elementos al servicio de la policía Seguridad del Estado, que se ocupan de la dirección de paramilitares, estas turbas están integradas en su mayoría por elemento lumpen y desclasados sociales. Estos desclasados insultan, golpean y acosan con absoluta impunidad a los activistas pacíficos de la oposición interna.

Concluye la declaración con la afirmación de que la nueva ola represiva ha tenido lugar antes y durante de la visita papal.

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Eugenio Yáñez sobre la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba: De Papas y Comandantes, milagros y “realpolitik”

Nota del Bloguista

En el cielo hay más alegría por un pecador de este mundo que se arrepiente de sus pecados y se convierte que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse (leer Lucas 15, 4-7); en la famosa parábola del Hijo Pródigo está encerrada también esa enseñanza de Jesús (Lucas 15, 11-32). En nuestras oraciones católicas oramos en particular por aquellos más necesitados de misericordia, que indudablemente son aquellos que más y más gravemente han pecado. Las oraciones no solamente son beneficiosas para las personas por las cuales oramos, sino también para aquellos que hacemos esas oraciones; pero las oraciones y peticiones más importantes fundamentalmente están dirigidas para que el pecador (todos somos pecadores) se arrepienta sinceramente de sus pecados y sea salvo, pues la muerte del alma es lo peor que nos puede pasar al no recibir, por la gracia de Dios, la retribución final o escatológica: la vida eterna. Dios quiere que todos los hombres ( como género humano) sean salvos.

Ahora bien:

¿Fidel Castro ha dejado a un lado su proverbial soberbia y se ha arrepentido? Hasta ahora, que sepamos los cubanos, no se ha confesado ni arrepentido.

En la Iglesia cristiana primitiva, siguiendo las enseñanzas de Jesus de Nazareth, la persona pecadora debía confesarle su arrepentimiento a la persona afectada por el pecado cometido y retribuirle o devolverle en lo que le hubiera afectado. Siglos después y por razones de organización y disciplina para evitar los frecuentes y graves incidentes que provocaban esas confesiones públicas, se decidió que los pecados se les confesaran al sacerdote y que existiera el secreto de confesión; esa decisión se tomó tomando como base aquella prerrogativa que le dió Jesús a los Apóstoles de que todo lo que ataren en la tierra sería atado en los cielos.

Por el daño que la persona le ha causado a la Iglesia con su proceder, el pecador arrepentido debe de reparar el daño que le ha hecho a la Iglesia con su proceder; esa reparación la impone el sacerdote confesor. Sería bueno que en el caso de Fidel Castro, y otros grandes culpables de la tragedia cubana, el confesor le pida al confesante que muestre su arrepentimiento públicamente y que pida perdón a sus millones de víctimas. Dudo que el soberbio Fidel Castro acepte hacer esa reparación, pero de no aceptarla, eso demostrará que hasta el último momento Fidel Castro quiso engañar hasta al propio Dios !
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Tomado de http://www.cubaencuentro.com


De Papas y Comandantes, milagros y “realpolitik”


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Los únicos sorprendidos deben haber sido quienes esperaban un milagro
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Por Eugenio Yáñez
Miami
29/03/2012


Comenzó y terminó la visita del papa Benedicto XVI a Cuba y, con excepción de quienes esperaban milagros, todas las partes involucradas pueden considerar que obtuvieron más o menos lo que se esperaba, y que no hubo ninguna sorpresa en la visita.

Así, para la Santa Sede, como corazón del catolicismo, las misas del Papa en Santiago de Cuba y La Habana, y su visita al Santuario de la Caridad del Cobre, contribuyen al fortalecimiento de la fe católica entre los cubanos, en momentos en que esas creencias pierden terreno en medio de la crisis de identidad de la nación cubana.

Otra cosa es El Vaticano como Estado: aquellos que “analizan”, queriendo adaptar juicios establecidos de antemano (es decir, sus prejuicios) a la realidad, destacaron que en El Cobre el Papa dijo que había encomendado el futuro de Cuba a la Virgen de La Caridad y había pedido por los presos. Es cierto, y son palabras bellas, pero al encomendar el futuro del país a la Virgen, el Vaticano se quita responsabilidad por ese futuro, pues lo puso en manos divinas. Además, en todas partes del mundo la Iglesia católica ora por “los presos” en general, y no exclusivamente por presos “políticos” o “de conciencia”, palabras que el Santo Padre no mencionó ni una sola vez en Cuba, al menos públicamente.

Para la jerarquía católica nacional ha sido una oportunidad de protagonismo nacional y mundial, al menos en el plano mediático y la inmediatez, a la vez que un necesario espacio de visibilidad y presencia ante el totalitarismo cubano, lo que le había sido negado en el último medio siglo. También se abrieron, al menos, potencialidades para otros espacios de la Iglesia en la sociedad cubana, aunque a un precio que ha sido y seguirá siendo ampliamente cuestionado por muchos compatriotas.

Para la dictadura, el discurso de bienvenida de Raúl Castro, cargado de referencias políticas, la presencia del Papa, y la imagen brindada al recibirlo fastuosamente y con honores (como se hizo anteriormente con Juan Pablo II, Leonid Brezhnev o Mengistu Haile Mariam), así como las dos misas con la presencia en primera fila del General y personeros del régimen, constituyen un baño de rosas para mejorar su imagen ante los gobiernos decentes del mundo y ante sus propios aliados populistas y demagogos, y para ganar apoyo de los tontos útiles de siempre y de las nuevas promociones, pues esa especie se reproduce como el marabú o las clarias.

Para desconcierto de muchos que no gustan de razonar demasiado, cualquier concepto que haya expresado Benedicto XVI lo puede suscribir el régimen tranquilamente: justicia, verdad, paz, libertad, reconciliación, futuro. Dirá que la justicia mayor es la obra revolucionaria misma; que la verdad la muestra el periódico Granma; que el régimen desea la paz de los cubanos (que los “mercenarios” quieren destruir); que ningún pueblo es más libre que el cubano; que el Gobierno desea la absoluta reconciliación de sus ciudadanos “respetuosos”; y que no existe mejor futuro que ese luminoso que siempre indicó Fidel Castro.

El régimen tendrá que hacer como que objeta al salvaje con uniforme de la Cruz Roja que dio golpes y palos a un cubano indefenso detenido por gritar “libertad” y “abajo el comunismo” (casi lo mismo que había dicho el Papa). El mundo entero ha visto las imágenes y el Vaticano se ha interesado por el cubano golpeado, por lo que tal fechoría será explicada como barbarismo por cuenta propia, nunca como espíritu de mitin de repudio y represión pura y dura, instaurada por el castrismo desde siempre, donde todo el que no comulgue con el régimen es automáticamente “no-persona”.

Las detenciones “preventivas” e intimidaciones contra damas de blanco y opositores, casi todos imposibilitados de estar presentes como agrupaciones en las actividades con el Papa, se diluirán en los medios informativos del mundo, mientras algunos cubanos siguen insistiendo en llamar “desaparecidos” a compatriotas detenidos en lugares que no se conocen de inmediato, lo que resta fuerza a sus denuncias, por no comprender que el lúgubre concepto de “desaparecido” se hizo célebre con las dictaduras militares del cono sur latinoamericano en los años setenta para referirse a los asesinados de paradero desconocido, y que por muy mal que la pasen los opositores cubanos temporalmente detenidos por órdenes de Raúl Castro, afortunadamente ninguno ha terminado “desaparecido”.

Miami, lamentablemente, una vez más actuó de manera reactiva, dada la proverbial falta de estrategias para anticiparse, centrándose en un debate interminable sobre lo positivo y negativo de la visita del Papa y enjuiciando la actuación del Cardenal, enviando a Cuba una pequeña (y costosa) delegación de peregrinos que fueron a ver a Benedicto, una flotilla de fuegos artificiales fuera de las aguas territoriales cubanas, y organizando un centro de denuncias sobre detenciones y represión en la Isla que actuó aceptablemente, pero sin poder imponer demasiada repercusión internacional a sus denuncias en medio de las liturgias y las toneladas de información procedentes de Cuba sobre las actividades oficiales de la visita.

Como colofón del show, Benedicto XVI consideró conveniente —en medio de una agenda tan apretada que no dejó ni un minuto para las Damas de Blanco— reunirse con el vetusto y decadente Fidel Castro, a lo que el protocolo no lo obligaba para nada, pues ya el decrépito dictador no ostenta cargos oficiales en Cuba. La iniciativa surgió del propio heredero del trono de Pedro, no del heredero del poder de Valeriano Weyler, quien “modestamente” estuvo de acuerdo, y que de seguro lanzará posteriores “reflexiones” sobre tal encuentro, donde, pedigüeño, como siempre, pidió libros al Papa.

No sé si El Vaticano dirá que ese vis-a-vis con el excomulgado corresponde al aspecto pastoral o al político de la visita, pero de seguro el debate que suscitará en todo el mundo será agrio y prolongado, y permitió que ese encuentro desviara titulares en todo el mundo y restara peso relativo a otros aspectos importantes de la visita.

El Papa no tendrá que dar explicaciones a los cubanos, ni al mundo, sobre tan peculiar cita, pero tal vez sería positivo que se preparara para explicar los porqués de tal conducta el Día del Juicio Final, para que así puedan encontrar sentido todos sus llamados en Cuba al amor, la paz, la verdad, la justicia, la razón, la reconciliación, y el futuro, porque ninguno de esos nobles conceptos los representa Fidel Castro.
© cubaencuentro.com




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Ejemplo de como debe hablar un Obispo: predicar el Evangelio y decir las verdades. Benedicto XVI, al que admiro desde que era el Cardenal Ratzinguer por su conocimiento y aportes a la doctrina Católica, debió de aprender de ese Obispo guajiro que es Monseñor Siro.


El año 2000, Monseñor José Siro González Bacallao entonces Obispo de la Diócesis de Pinar del Río, hoy retirado en Mantua como Obispo Emérito de Pinar del Río, dió un ejemplo de como UN OBISPO PUEDE HABLAR DE LOS PRESOS de manera menos ambigua y que sirva de aliento y consuelo a los presos y a sus familiares. Esta es una de las tantas razones por las cuales sigo teniendo, aunque el Código Canónico diga otra cosa, a José Siro como mi Obispo y Pastor Diócesano. Monseñor Jorge Serpa, sucesor de José Siro, de ideas similares al Cardenal Ortega, desmanteló prácticamente toda la obra de José Siro en la Diócesis de Pinardel Río cuando tomó posesión de la Diócesis por José Siro haber llegado a los 75 años. Previamente habían promovido como Obispo de Matanzas al Padre Manuel Hilario de Céspedes García-Menocal ¨El Padre Manolo¨ que era en Pinar del Río el asesor de la prestigiosa revista Vitral y del Centro de Formación Cívica y Religiosa de la Diócesis de Pinar del Río apoyadas y alentadas por Monseñor José Siro, al igual que la desmantelada Hermandad de Ayuda al Preso y sus Familiares.


Jubileo Hermandad del Preso.Bravas palabras del Obispo José Siro

( minuto 2:20 al 3:15)




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Roberto Álvarez Quiñones sobre la visita de Benedicto XVI a Cuba: ¿Por qué van los cubanos a los templos?

Nota del Bloguista

En parte estoy de acuerdo con lo planteado en este artículo por Roberto Álvarez Quiñoes y en parte no.

En las sociedades occidentales (las otras no las conozco) en tiempos de crisis aumentan la prostitución, la participación en juegos al azar, la religiosidad y los delitos.

En Cuba a comienzos de los años 90s habían comenzado a aumentar esos parámetros, los cuales aumentaron ostenciblemente a partir, en 1992, del comienzo de la crisis económica-social (y hasta en cierto grado política) conocida eufemísticamente como Período Especial.

La Iglesia Católica recibió en 1993 con la publicación de la carta pastoral ¨El Amor Todo lo Espera¨ un aluvión de personas en sus templos. Entre ese aluvión de personas habían muchos que regresaban por razones políticas y sociales pero también por devoción, aunque el peso de las razones políticas y sociales hayan sido probablemente las que los decidieron a seleccionar la Iglesia Católica y no otras iglesias o denominaciones cristianas para practicar su fe. El viaje de Juan Pablo II a Cuba en enero de 1998 y la previa labor de propaganda y de evangelización que se hicieron como preparación a esa visita, aumentaron durante varios meses después de la visita la afluencia de personas a los templos católicos, la cual retornó a los niveles de asistencia que habían antes de la visita del Papa Juan Pablo II cuando la tiranía de los Castro aplicó medidas para neutralizar el efecto de la visita y las palabras de Juan Pablo II, medidas que muchos le llamaron ¨despapar¨ a Cuba. Las otras iglesias y denominaciones cristianas, aún aquellas que rechazan ¨meterse¨ en política, también aumentaron sensiblemente su membresía.

El historiador José Luciano Franco en entrevista que aparece en el libro de María Poumier ¨La vida cotidiana en 1898¨ plantea que la proliferación de altares en muchos hogares cubanos surgió como rechazo al comportamiento de sacerdotes que hacían proselitismo en contra de la lucha por la independencia cubana. Es posible que dentro de los cálculos de los jerarcas de la Iglesia Católica ( al igual que algunos cubanos del Exilio) esté la idea que después del Castrismo con dinero se borrarán y olvidaran todos los errores cometidos por ellos o por sus organizaciones, aunque eso estará por ver .... Lo que sí está claro, es que muchos católicos nos sentimos menos orgullosos de algunos de nuestros jerarcas de la curia romana y criolla que antes de la visita de Benedicto XVI a Cuba.
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Tomado de http://www.diariodecuba.com



¿Por qué van los cubanos a los templos?

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Después de la visita de Juan Pablo II, volvieron a las iglesias por razones políticas y sociales antes que por devoción. ¿Y ahora?
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Por Roberto Álvarez Quiñones
Los Ángeles
29-03-2012



La visita del papa Benedicto XVI a Cuba dejó mucho trigo al gobierno de Raúl Castro, un poquito a la Iglesia Católica y el Vaticano, y nada al pueblo cubano, ni siquiera a los católicos.

Por paradójico que parezca, lo que hizo fue desinflar las ilusiones de muchos cubanos y causar daño al catolicismo en la Isla, pese a que se supone que apuntaló a la jerarquía de la Iglesia Católica criolla en su afán de mejorar sus relaciones con el Gobierno, tener un mayor protagonismo como institución e impulsar el fervor católico.

¿Cómo se explica esta contradicción de que gana más espacio la Iglesia y salen perdiendo el pueblo y el catolicismo?

No es difícil comprenderlo. Si luego de la visita de Juan Pablo II, en 1998, se produjo en Cuba un renacimiento del activismo religioso católico, tras cuatro décadas de hostigamiento del régimen contra quienes iban a la iglesia o se declaraban católicos, ello se debió no a un acto de fe renovada, sino a la necesidad de muchas personas de encontrar un refugio espiritual y de esperanza que las alejase —aunque solo por unos minutos— del asfixiante clima político y la dramática realidad que padecen día a día.

Como cesó el hostigamiento, muchos ciudadanos comenzaron a ir a las iglesias para sentirse libres por un momento. En el templo son acogidos de buen grado como verdaderos refugiados del insoportable mundo político de "afuera", y ven al cura como un intérprete de su sufrimiento diario que, además, en la homilía les lleva al alma la esperanza de que Cuba puede y debe ser un mejor lugar para vivir.

La necesidad político-espiritual de refugiarse en la religión para sentirse libre por un instante y no perder las esperanzas es común en toda sociedad sometida a un régimen comunista, pues es la Iglesia el único espacio no cubierto por el Estado omnipresente. La homilía en la misa no está a cargo del secretario del Partido Comunista de la localidad, sino del cura de la parroquia.

(Recibimiento al Papa en Santiago de Cuba. (GETTY))

O sea, las iglesias cubanas, que durante casi 40 años estuvieron casi vacías, volvieron a tener concurrencia más por motivos políticos y sociales que por devoción puramente religiosa, aunque también esto último es importante. Esto no lo parecen comprender ni el Vaticano, ni el cardenal Jaime Ortega y la jerarquía eclesiástica cubana, que en vez de ejercer presión al Gobierno y solidarizarse con la gente de a pie y sus ansias de cambios para poner fin al comunismo, lo que hace es erosionar poco a poco el poder que tiene la Iglesia como única institución realmente independiente del país.

Se trata de una estrategia doblemente equivocada: 1) en la medida en que más se supedite la Iglesia Católica cubana a la voluntad del Estado, menos independiente será, y 2) mientras más se devalúe su imagen como refugio seguro del cubano para ser "libre" y recibir aliento en sus aspiraciones básicas, menos gente irá a las parroquias.

Es decir, la vía de Ortega y el Vaticano para ganar más espacio en Cuba conduce a reducir y no a aumentar la afluencia de feligreses a los templos. La población cada vez más identificará a la Iglesia con el régimen.

La memoria histórica registrada por la Iglesia Católica al principio de los años 60 es bien diferente. Entonces hizo resistencia a la implantación del comunismo. Fidel Castro, quien salvó su vida gracias al arzobispo de Santiago de Cuba —monseñor Enrique Pérez Serantes—al ser arrestado tras el ataque al cuartel Moncada, expulsó del país a cientos de sacerdotes y monjas, estatizó la escuelas religiosas, prohibió las publicaciones religiosas y frustró el futuro profesional de miles de devotos al prohibirles cursar estudios en las universidades.

Después, entre 1965 y 1968, en redadas policiales similares a las realizadas por los nazis, miles de jóvenes, incluyendo sacerdotes y feligreses católicos, entre ellos el hoy cardenal Ortega, fueron arrestados en todo el país, llevados como prisioneros a la provincia de Camagüey a los campos de trabajo forzoso llamados Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP) y obligados a cortar caña. Los campamentos estaban cercados con alambre de púas custodiados por soldados.

Cuba no se abrió al mundo

Si bien la visita de Juan Pablo II sirvió para acabar con el hostigamiento del gobierno contra la Iglesia y los católicos y propiciar que la gente acudiera de nuevo a los templos, la de Benedicto XVI tenía que ir más allá, pues Cuba es el único país de Occidente sometido por una tiranía comunista.

Catorce años después de la visita del papa polaco, Cuba no sólo no se ha abierto al mundo, como él pidió delante de Fidel Castro, sino que se ha encerrado más en sí misma, el Gobierno reprime más que nunca a quienes disienten y se niega a hacer las reformas que se necesitan para sacar a los cubanos de la pobreza en que viven, la desesperanza y la ausencia de libertades.

Tal y como recibió a Fidel Castro "fuera de programa" y a petición propia, el Papa Ratzinger debió recibir a las Damas de Blanco para escuchar sus vivencias y para mostrarle a la dictadura que quienes quieren una vida mejor cuentan con su apoyo. Eso fue lo que hizo Juan Pablo II cuando en 1982, en su segunda visita a Polonia, conversó con Lech Walesa.

¿Qué habría pasado si Benedicto XVI hubiese decidido por sorpresa recibir a algunas Damas de Blanco? Tres opciones: a) el gobierno se lo negaba, b) lo aceptaba, pero en privado, sin periodistas presentes; y c) lo aceptaba, pero cancelaba el resto del programa y le pedía al Papa que se marchara. Cualquiera de las tres reacciones del régimen habría significado un gran éxito mediático en favor de la lucha contra el castrismo.

Espaldarazo político

En fin, el castrismo recibió un espaldarazo político con la visita de Ratzinger, pues pudo enviar al mundo una falsa imagen de tolerancia y de respeto a la libertad religiosa. Aprovechando la excepcional tribuna —por su cobertura mediática mundial— el general Castro lanzó un discurso tan insolente como jurásico, repleto de patrioterismo nacionalista y consignas antimperialistas acuñadas en los años 60.

No importó la militarización de barrios y ciudades enteras, el arresto de cientos de personas y las amenazas a varios miles para evitar que asistieran a las actividades del Papa, ni que un hombre fuese arrestado durante la misa papal y golpeado por gritar "abajo el comunismo". Ni su Santidad, ni nadie de su séquito, ni el cardenal Ortega, dijeron nada al respecto.

En resumen, la visita papal deja frustración en el pueblo de Cuba, le resta credibilidad y respeto a la Iglesia Católica cubana como institución y aleja de las parroquias a feligreses que tal vez irían a misa si el Pontífice alemán hubiese viajado de Ciudad de México a Roma sin pasar por la Isla.

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Esteban Fernández, Jr. : CUANDO ME LEÍAN "LA CARTILLA"

CUANDO ME LEÍAN "LA CARTILLA"





Por Esteban Fernández, Jr.


Aquí en los Estados Unidos les aconsejan a los jóvenes cosas como: "Digan NO a las drogas"... La verdad es que los consejos que me daban a mí eran de MENOS CATEGORÍA. Me iba al cine y me decían: "Oye, Estebita, si hay un fuego en el cine NO VAYAS A CORRER"... Se reían de mi atrevimiento cuando les respondía: "Parece que ustedes prefieren que sufra unas cuantas quemaduras mejor que morir pisoteado"...

Otra admonición muy importante era: "Acuérdate de ponerte ropa interior limpia por si acaso tienes algún accidente". Es decir que a mi madre le preocupaba mucho que me cayera de la bicicleta, me partiera una pierna, y que al llegar a la Clínica Lavernia el médico me dijera: "Por favor, yo no puedo atenderlo mientras usted tenga puesto ese calzoncillo cochino, váyase a la casa y cámbieselo"...

"No te puedes meter en la playa hasta que pasen tres horas de haber comido" Y mi madre se paraba, como si fuera un guardia rural, entre el mar y yo, con un reloj en una mano y un amenazador periódico enrollado en la otra. Y mi padre me decía: "No le pases por detrás al mulo de Manolón porque te puede lanzar una patada"...

Un consejo magnifico era: "Si llueve duro no te acerques al pararrayos de la Iglesia". Parece que creían que existía la posibilidad de que al comenzar el aguacero yo iba a subirme a la torre de la Iglesia en busca de que me cayera un rayo en la cabeza.

Como dije durante mis palabras en el acto de Municipio de Güines: La parada de la Ruta 33 (La Sambumbia) quedaba cerca del Capitolio, entonces cuando iba a La Habana me daban esta inolvidable recomendación: "Pasea todo lo que quieras en La Habana, pero SIN PERDER DE VISTA AL CAPITOLIO para que puedas regresar sin problemas".

Una sugerencia que he seguido toda mi vida era: "Límpiate bien los oídos porque te puede salir una mata ahí". Y otra que tenía que seguir a la fuerza era: "Al colegio se va a estudiar, no a comer catibía", simple y llanamente porque en ninguna de las escuelas encontraba el lugar exacto donde vendían la catibía.

Recibía una orden que hoy horrorizaría a los sicólogos: "Sí el muchacho es más grande que tú, y te mortifica mucho, y no puedes con él, entonces PARTELE UN PALO EN LA CABEZA".

Desde luego, en eso mi padre me daba una opción muy buena por sí acaso no me atrevía a darle con una tranca en la cocorotina al abusador: "Si no te fajas con él entonces te tienes que fajar conmigo".

En época de zafra en el Central Amistad salía a la calle con una camisa blanca y mi mamá invariablemente me leía la cartilla: "Fíjate bien que no te vaya a caer hollín en la camisa".

Una vez el Instituto de Güines tuvo una excursión al zoológico de La Habana, y al despedirme mis padres me dieron una indicación extraordinaria y que seguí al pie de la letra: "Ten mucho cuidado y no se te ocurra meter la mano en la jaula del león".

En la etapa de Batista, y después con Castro, mis padres me cuidaban con una recomendación de seis palabras: "¡Usted no se meta en nada!". Y acto seguido me decían: "¡Muchacho, no camine en el piso frío descalzo!".

Cuando me ilusionaba con algo me aconsejaban: "Usted no se deje llevar por cantos de sirena". Desde luego, está de más decirles que jamás pude ver a una sirena cantando en mi pueblo. En agosto, con el sol partiendo las piedras, me decían: "Vaya por la sombrita".

Y al salir de Cuba me hicieron un ruego que no pude seguir: "Allá ni abras las maletas porque esto se cae en cualquier momento y usted regresa para acá antes de dos meses".

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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Fidel pro democracy ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Esteban Fernández, Jr. : CUANDO ME LEÍAN "LA CART...":

usted y yo, nos quedamos con las maletas hechas.


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jueves, marzo 29, 2012

Alfredo M. Cepero sobre la visita de Benedicto XVI a Cuba: DIOS TE SALVE VIRGEN MAMBISA

DIOS TE SALVE VIRGEN MAMBISA






Por Alfredo M. Cepero
Director de www.lanuevanacion.com


Su Santidad Benedicto XVI visitó la Isla de Cuba con el ostensible propósito de participar en la celebración del 400 aniversario de la aparición de la Virgen de la Caridad en las olas acariciadoras de la Bahía de Nipe. Los voceros de la Curia Vaticana pusieron especial énfasis en señalar que el Papa viajaba como un peregrino más para rezar ante el altar de nuestra Virgen Mambisa y que su visita no tenía connotación política alguna. Pero, separar la religión de la política cuando se visita una tiranía que ha politizado desde las artes hasta los deportes en su misión de vender un sistema fracasado, es un milagro que no está al alcance ni siquiera del Vicario de Cristo en la Tierra. Como Juan Pablo Segundo hace catorce años, Benedicto fue a Cuba a fortalecer su iglesia. Como hace catorce años con Juan Pablo Segundo, los Castro recibieron a este Pontífice para ganar el prestigio que les permita prolongar su moribunda tiranía. En ambos casos, Juan Pablo y Benedicto subestimaron a los diablos de Birán y entregaron más de lo que recibieron.

Con motivo de la visita del Papa, el tiranuelo analfabeto aprovechó un escenario a nivel mundial para diseminar la propaganda vitriólica y mentirosa que aprendió de su hermano moribundo. Con la voz gangosa y afectada de los cobardes que esconden el miedo que les embarga, la emprendió contra un "bloqueo" norteamericano que desde hace veinte años no sólo ha desaparecido sino se ha transformado en un intenso intercambio comercial entre Washington y La Habana. Después dijo con el descaro que siempre ha caracterizado a estos miserables que en Cuba no hay presos políticos y que el gobierno comunista ha mantenido siempre unas excelentes relaciones con la Iglesia Católica.

El pobre desempeño del general cuyos ejércitos se anotan victorias reprimiendo damas indefensas me trajo a la mente un reciente artículo del Dr. Oscar Elías Biscet titulado: "Quienes manipulan la historia no engañan a nadie". Esta afirmación de Biscet tiene, por otra parte, el corolario siguiente: Quienes ignoran la opresión de un pueblo se hacen cómplices de sus opresores. Y esa ha sido, por desgracia, la conducta de la Curia Vaticana y la jerarquía católica cubana con respecto al régimen comunista desde mediados de la década de 1960. El Vaticano y La Habana han promovido sus propias agendas a espaldas y en detrimento de las aspiraciones genuinas y los intereses legítimos del pueblo cubano.

(Benedicto XVI y Raúl Castro)

Por eso el circo que vimos por estos días en Cuba fue un diálogo entre sordos ante la presencia de un pueblo diezmado por la injusticia del régimen comunista y sin esperanzas de redención por una iglesia que debería proteger a los más débiles y desamparados. Como Juan Pablo Segundo, Benedicto XVI habló en eufemismos y generalidades para no molestar a sus iracundos anfitriones. Sus declaraciones a bordo del Pastor Uno sobre la quiebra de la ideología comunista nos hicieron albergar esperanzas de que este viaje papal sería diferente.

Pero, como en la casa del pobre, nuestra alegría duró muy poco. Cuando los voceros de la satrapía contestaron en forma airada, Benedicto XVI decidió, o decidieron por él los jerarcas de la curia, callarse la boca. No querían sufrir las represalias aplicadas por el gobierno contra el Arzobispo Patriota, Pedro Meurice, después de sus palabras a Juan Pablo Segundo en 1998 poniendo al descubierto la maldad de la tiranía.

A partir de ese momento, Benedicto XVI habló en parábolas que, para personas sin formación cristiana como los cubanos nacidos bajo la tiranía, deben haber sido recibidas como pronunciadas en latín o griego. Dijo por ejemplo que le pedía a la Madre de Dios su "intercesión para que guie los destinos de esta amada nación por los caminos de la justicia, de la paz, de la libertad y de la reconciliación". Y en otra de sus intervenciones dijo:"No se puede seguir por más tiempo en la misma dirección cultural y moral que ha causado la dolorosa situación que tantos experimentan". Agregó que rezaba para que los cubanos llegaran un día a vivir en armonía unos con los otros. ¡Ah, y como en sintonía con el mensaje gastado de Raúl Castro, le dijo al pueblo cubano que era importante tener paciencia!

Su Santidad propuso nada menos que la paciencia y la armonía del preso con el carcelero, del cordero con el matarife o del esclavo con el amo. Eso es un insulto a un pueblo cansado de palabras vacías y gestos simbólicos que esperaba con ansiedad una luz de esperanza y un mensaje claro y directo de solidaridad con su tragedia nacional. Benedicto XVI perdió la oportunidad de fortalecer su iglesia y hasta quizás de cambiar el curso de la historia de Cuba con haber pedido libertad inmediata para los presos políticos, libre entrada y salida de cubanos del territorio nacional y el fin de la discriminación por razones raciales, religiosas, ideológicas o sexuales. Y, si de verdad hubiera querido ahorrar palabras y consagrarse como ídolo de nuestro pueblo, haberle dicho a los tiranos: "Suelten a los presos y dejen de martirizar a su pueblo". Pero, para quienes la conducta de los papas está por encima de todo cuestionamiento, eso hubiera sido pedirle mucho.

Yo creo, sin embargo, todo lo contrario. Creo que las altas jerarquías y los grandes honores imponen grandes responsabilidades y demandan grandes gestos. Benedicto XVI está sin dudas en esa categoría y pudo haber tenido un gesto más elocuente que todas las palabras redactadas para sus discursos por los lingüistas del Vaticano y leídas por el Pontífice en un casi perfecto español. ¿Puede el lector imaginar el impacto demoledor contra la tiranía que habría tenido una foto del frágil prelado alemán junto a nuestra hermosa heroína de ébano Berta Soler? Lamentablemente, Benedicto XVI rechazó a Berta y, como Juan Pablo Segundo, sacó fuerzas de su cuerpo cansado por el largo viaje y se fue a posar con Fidel Castro y la bruja de Dalia Soto del Valle.

La pregunta para la que no tenemos respuesta es ¿cuán profundo será el dolor de nuestra Virgen Mambisa ante la conducta de quienes hacen causa común con el César e ignoran el evangelio de su Hijo en la enseñanza de la parábola del Buen Pastor? Ante esta interrogante hemos elevado una súplica en formato de oración a nuestra Virgen de la Caridad del Cobre. No es una oración original sino una paráfrasis de la hermosa oración de la SALVE donde los católicos pedimos la intercesión de la Madre de nuestro Salvador. En este caso, el grito de un cubano con el alma desgarrada ante tanta manipulación, tanta mentira y tanta ignominia.

Esta es la súplica: "Dios te salve María de la Caridad, reina y madre del pueblo cubano. A ti llamamos los hijos oprimidos de Mariana, de Leonor de Laura, y de Gloria. A ti suspiramos gimiendo y llorando en esta tierra atribulada por la opresión, el odio y la miseria. Idolatrada abogada de los oprimidos rompe las cadenas de nuestro cautiverio. Y, después de este holocausto de más de medio siglo, llévanos a Jesús fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce virgen de la Caridad ruega por nosotros y por nuestra patria por los siglos de los siglos. AMEN".

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Cubano presente en la Misa de Benedicto XVI en La Habana expresa en entrevista : “Este es un régimen basado en el abuso y en el oprobio”

Tomado de http://cafefuerte.com



Cubano en la Plaza: “Este es un régimen basado en el abuso y en el oprobio”

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Joven entrevistado por Univisión en la Plazas de la Revolución hace duras críticas al régimen.
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Por Redacción CaféFuerte
28 Marzo 2012


Un asistente a la misa del Papa Benedicto XVI en La Habana cuestionó abiertamente durante una entrevista televisiva en la Plaza de la Revolución la reciente golpiza propinada a un manifestante que gritó consignas antigubernamentales en Santiago de Cuba.

“Es verdad que saltó las barreras, eso está incorrecto, pero si el hombre estaba reducido a la obediencia no había que golpearlo, pero eso es lo que es este régimen, este es un régimen basado en eso, en el abuso, en el oprobio, y así fue como actuaron”, declaró el hombre, que no fue identificado por su nombre.

El entrevistado respondió a una encuesta al azar del reportero de la cadena Univisión sobre la misa papal en la Plaza de la Revolución y abordó el tema del manifestante golpeado durante la jornada de Santiago de Cuba, el pasado lunes.

“Han golpeado a ese hombre salvajemente, por gusto, yo no sé a esta hora dónde esté, porque en la prensa -tengo aquí los dos periódicos- no hace ninguna referencia a ese hombre, todo es que el Papa es muy bueno, todo esto es muy bueno, Raúl es muy bueno, se reunió con el Papa, no se sabe qué habló, porque Raúl cada vez que se reúne con los presidente nunca se sabe qué habla”, relató el entrevistado.

Golpeado con una camilla

Hasta el momento se desconoce la identidad y el paradero del manifestante que gritó ¡Libertad! y ¡Abajo el comunismo durante la misa en la Plaza "Antonio Maceo" de Santiago de Cuba, donde fue abofeteado y golpeado brutalmente por un camillero de la Cruz Roja. Benedicto ha intercedido por su suerte ante el gobierno cubano, según dijo un vocero del Vaticano.

“¿Pero el hombre dónde está ahora? A lo mejor está hasta en un hospital ingresado, sabe Dios si lo lesionaron, porque dice que la gente era más grande que él y le dieron hasta con una camilla, un empleado de la Cruz Roja que está para salvarle la vida lo golpea con una camilla, es increíble. Yo no lo vi, porque no tengo televisión, me enteré”, añadió el locuaz entrevistado.

El hombre, de unos 35 años, estaba vestido de pulóver y una gorra de los Yankees de Nueva York. Se le ha comenzado a llamar “el disidente anónimo”, luego de que días atrás apareciera en el programa “Salvados” realizado por Jordi Evole y Ramón Lara para el canal de televisión española La Sexta.

En esa ocasión apareció en la Plaza de la Revolución protestando por la negativa gubernamental de otorgarle una licencia para conducir un bicitaxi, y lanzó también duras críticas contra el régimen cubano.

Este miércoles, sus palabras no fueron menos duras, refiriéndose al contexto de la visita del Papa a Cuba.

Muy lejos del Papa

“Aquí esas cosas no se entienden mucho. Aparte, tú ahorita hablabas de que hay mucha… de que nosotros llevamos el Papa adentro pero no lo mostramos, realmente aquí hay mucha gente que ha venido obligada por el trabajo, pa’ que sepa. Si no, le quitaban el trabajo y perdían el trabajo. Mucha gente sí viene porque quiere ver al Papa y quiere estar en la misa, pero estamos tan lejos del Papa que mucha gente también pierde las esperanzas", opinó el joven.

Agregó que el gobierno quiso sacar ventajas políticas de la visita.

“Esto lo quisieron confundirlo con una cuestión política, porque una visita del Papa a Cuba es una cuestión política, fíjate los símbolos, el Papa está delante de Martí y de frente a Camilo y el Che, todo simbología”, dijo refiriéndose a las esculturas e imágenes del prócer independentista José Martí y los héroes de la revolución Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara.

Interrogado si asistió a la misa por presiones, lo negó.

“No, yo soy cristiano, además no trabajo para el estado, porque el Estado paraliza”, mananifestó. “Pero todos somos cubanos, al final la gente viene, los no creyentes vienen porque los obligan a venir, porque si tú no crees en una cosa, ¿qué vas a hacer ahí?"

Y a continuación agregó: "Por ejemplo hoy no hay guaguas en La Habana, no hay transporte público, si te fijas el transporte privado es mínimo. Entonces la mayoría de la gente se mueve en transporte público. Si no hay transporte público no hay trabajo, ¿entiende? Entonces a la gente la obligan…no vas al trabajo porque no hay transporte…pero entonces tienes que venir a la plaza".

El reportero de Univisión pasó de inmediato a estudios en medio de la mirada temerosa de algunas personas que se agruparon junto al equipo de periodistas.

Vea el video de la entrevista debajo:



Un cubano critica en la Misa el "régimen de oprobio" en Cuba



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Cortesía de La Sexta

Tomado de http://www.lasexta.com

La Sexta entrevista un indignado en la Plaza de la Revolución de La Habana previamente a la visita del Papa Benedicto XVI



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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Cubano presente en la Misa de Benedicto XVI en La ...":

Olé y olé y por todos aquellos que aún teniendo miedo se atreven a hablar...viva la libertad de expresión...vivan los valientes y que narices que viva Cuba Libre.


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